Según Mad Men, los publicitarios exitosos eran tipos de doble vida, intuitivos y glacialmente racionales. Pero, como ocurrió con todos los héroes del mainstream, la construcción social de los creativos se fue infantilizando hasta tornarlos sujetos irresponsables y vagamente nerds. Poco a poco, la lógica de la industria muta hacia una inteligencia colectiva que aún no logra explicar su método. | por Paula Miguel y Matías Galimberti